Yo pensaba que cuando uno era
joven, universitario y soltero no tenía que estar deprimido, viendo comedias románticas
con una manta y un litro de helado…
Estoy deprimido, viendo comedias románticas,
con mi manta y comiéndome un litro de helado que ni siquiera me gusta (pues es
de guanábana y detesto la guanábana), pero es azúcar con crema y uno, como buen
producto de Hollywood cree que le ayuda a llenar el vacío interior.
Es increíble la habilidad que
tenemos los seres humanos para imaginar, crear o incluso para idealizar podemos
maquinar toda una historia a partir de nada, hacer ídolos a partir de imágenes y
amores a partir de miradas. Fue cuestión de una ojeada; fueron esos
milisegundos en los cuales mis ojos se encontraron con los tuyos y, que capaces
de crear todo un coctel químico en mi organismo; desembocaron en miradas
esquivas y sonrisas tímidas. Me prometí a mí mismo hace un tiempo que jamás volvería
a fijarme en alguien imposible, que no tendría sentimientos y me enfocaría en
mi éxito profesional y académico. ¡Ja!, que iluso y prepotente fui al creer que
mandaría sobre algo tan superior, tan
divino y perfecto como lo es el corazón.
Pasamos tantas cosas juntos, sin
embargo casi nunca estábamos los dos… Curioso ese sentimiento, ¿no? Es como una
presión en el pecho de emoción por lo que pasó, es ansiedad por saber si podría
pasar más, es la ilusión de verte sonreír en mi cabeza; son mis sonrisas
mientras miro como un tonto al vacio. Pero también es rabia, odio e
incertidumbre; rabia por no tenerte, odiándome a mí mismo por no saber qué
hacer, e incertidumbre de no saber si algún día, siquiera del otro lado de la
calle te vuelva a ver.
No sé si te perdí… pues una parte de mi dice que nunca te tuve,
ni siquiera miramos las estrellas juntos aún así nos divertimos bastante, y me
gusta pensar en que si algún día piensas en mí, sonrías y recuerdes a este
torpe, capaz de hacer o decir cualquier cosa para hacerte sonreír. Indagué en
tu alma lo poco o mucho que me dejaste, y sé lo fuerte que puedes llegar a ser
por fuera; pero también de la fragilidad e inseguridad de tu corazón; y no me
importó, no me importa; pues estaría yo ahí para evitar que alguien o algo te lastimara…
no me diste la oportunidad, y tampoco supe muy bien lo que hacía, soy un torpe,
tal vez por no preguntarte lo que quería preguntar. Soy un idiota porque sé la
respuesta, porque vi la respuesta y me enfadé contigo en secreto pues esto es un amor clandestino que no puede
ser revelado.
Somos seres de mascaras,
perversos y oscuros todos en el interior, sin embargo usamos una distinta con
cada persona y no es mentir o engañar, es real pues representa quienes somos
cuando estamos con los demás; y solo si realmente te gusta quien eres cuando estás
hablando con alguien, es realmente especial ese alguien. A mi realmente me
gustaba quien era cuando estaba contigo, era más alegre y despreocupado, me
curaste de mi mismo… la pregunta es: ¿a ti te gustaba quien eras cuando estabas
junto a mi?
A lo mejor jamás leas esto porque
ni siquiera sé si exististe; pero aquí está, disponible y público como a manera
de consuelo para mí, como mi exorcismo, como poder gritar, como si en mi mente
y con mi voz te lo leyera antes de dormir abrazados. Pero todo en la vida, y
mas estos boleros lentos y romanticones que conforman la conforman, tienen un
final, y el de esta historia fue despertar, fue volver a la realidad abriendo
los ojos y molestarme por la cantidad de luz a través de la ventana que me
mostró que todo, siempre estuvo en mi cabeza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario