Este texto está dirigido a todas
aquellas personas que en este momento sienten un vacio en el pecho, que estén como adormilados y ya nada
les produce la emoción que en algún momento les llegó a producir…
Siempre me he preguntado por qué
simplemente no me puedo quedar recostado en mi cama y solo ver como la luz
cambia a través de las cortinas, simplemente abrazando la almohada y
disfrutando de mi lenta nostalgia. Solo con la esperanza de que un día, por
fin, me levante sintiéndome bien y
quiera hacer todas esas cosas que la gente hace con regularidad. Sin embargo;
al parecer, muy pocas personas parecen disfrutar el negro y romántico humor del
cuadro, porque creo que la verdadera belleza está en los momentos más humildes,
puros e inocentes. Para mi seria hermoso ver que de veras tienes sentimientos y que son
tan profundos y tan verdaderos que solo allí tumbados sobre una cama, tú alma está
limpia y puede transmitir lo que verdaderamente eres.
Pero lastimosamente no es así,
hay que lidiar con el mundo exterior, hay que salir, sonreír, hablar y hacer
todas esas cosas banales que poco a poco irán encerrando tu realidad en un
cuarto oscuro, habitado por recuerdos guardados como fotografías a las que solo
accedes cuando ni la comida, el sexo o
el alcohol funcionaron. Sin embargo, ¿qué triste devenir es este? ¿Acaso
estamos condenados en ser maquinas productivas, las cuales solo pueden acceder
a sus sentimientos en su tiempo libre o de almuerzo? Es por eso que tengo que
cerrar el círculo, porque no soporto la idea de que te conviertas en una fotografía
borrosa a la cual miraré sin ilusiones cuando quiera sentirme más basura.
Eres tan importante para mí que no
dejaré que te conviertas en un mal recuerdo; miraré al cielo y sonreiré, oraré
cada noche por tu felicidad y, a lo mejor; mire cada tanto tu retrato en la
memoria de mi celular. De seguro seguiré melancólico y triste por no poder
estar contigo, pero será una tristeza hermosa porque; aun, en mi cabeza estas
sonriendo.
Eso sí te advierto, utilizaré tu
rostro, tus manos, tu voz y tu risa para crear cursis escritos de los cuales escogeré
entre guardar para mí y publicarlos en este blog. Lo más probable es que nos
comuniquemos sin que tú respondas, incluso sin que sepas que aquí están las
tristes y sencillas palabras que algún día tú inspirase a publicar.
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