miércoles, 6 de noviembre de 2013

27 días...


 
 
¿Todas las relaciones son de rescate?
27 días, 4 kilos e incontables depresiones después; aquí estoy. Preguntándome que hubiera pasado si a cenicienta no la hubiera ´rescatado´ el príncipe.  A lo mejor habría colocado una panadería junto con los pájaros y los renos volviéndose millonaria y liberándose así de su madrastra y sus hermanastras malvadas, claro; años después hubiera sido digno de revistas como People o Forbes el juicio contra cenicienta por maltrato animal, pero ya tendría suficiente dinero para un ´felices por siempre´  digno de una kardashian.
No lloré nada, creo que hay un nivel de lágrimas por persona y yo lo rebasé hace siglos. Eso sí, me he mantenido alejado de la música, creo que le desarrollé cierto temor a las posibles reacciones que me pueda causar. Sin embargo estoy bien, creo que evitar los espejos y las comedias románticas ha servido así no tengo que ver el extraño color gris que estoy tomando ni tampoco deprimirme por ver el ´felices por siempre´ en alguna cursi película de Julia Roberts. Tampoco me animo aun a ver sus fotos o stalkearle por alguna red social, nada de conversaciones ni preguntas incomodas a nuestros amigos en común, creo que es saludable.   
Por otro lado, es curioso como incluso los hombres pensamos en tener una relación que nos ´salve´, que cambie nuestra rutina, que nos haga mirar la vida de un modo distinto, que nos ´rescate´ de la insatisfecha y mediocre burbuja afectiva, laboral y espiritual en la cual nos hemos metido. Eso, claro; dejando espacio para el rescate económico, porque si tienes menos de un 7% de grasa corporal y modelas para una sospechosa agencia existe la posibilidad de encontrar el amor en un ´traqueto´. (O al menos eso creen los medios de comunicación que pensamos los colombianos).
Pues esa es la triste realidad, soy dependiente y, con un agravante; me gusta el sado masoquismo así que; aunque no me llamen, no me escriban, e incluso sea yo ´el mozo´ (sin saberlo, aclaro) sigo pensando en el puto ´felices por siempre´. El problema es que encontrar a la princesa de cuentos o el príncipe azul puede tomarte toda la vida, nos preparan para eso, estamos programados para acoplar cual enchufe de pared, el problema es que en esta época sin dotes, ni matrimonios a los 11 años; nos hemos dado cuenta de que no encajamos, no lo haremos y no tenemos porque hacerlo. Uno no conoce al amor de su vida en el café cerca a la universidad, miles de personas se divorcian todos los años e incluso puede que creas haber encontrado al amor de tu vida, pero; sabes acaso ¿eres el amor de su vida?. Además, seamos sinceros; nadie aguantaría una relación con un príncipe azul que lo único que sabe hacer es matar dragones y coquetear con viejas atrapadas en los balcones además, se preocupe por su grasa abdominal más que tu. Ni tampoco una princesa cuyo único libro leído en toda su vida sea “Como dormir por 100 años y despertar regia. Para dumies”.
Lo cierto es que todos podemos extrañar  a alguien, y nos repasamos paso por paso, palabra por palabra que sucedió y le dijimos tratando de encontrar que fue lo que hizo que se alejara o incluso creamos locas historias en nuestra cabeza pensando en lo que hubiera sido pero no fue. Sin embargo es cuando nos decidimos a seguir adelante y encontrar una felicidad verdadera en cosas y personas que si tenemos y, ante todo recordar que nadie necesita ser rescatado, lo que pasa es que las aventuras acompañados son más bonitas.
 

lunes, 4 de noviembre de 2013

Todo es cuestión de estética


 
Escribo pura mierda.
Creo que siempre lo he sabido, pero solo ahora tengo el valor de gritarlo (aunque sea por acá). Hay que estar consciente de el enorme ego que nos caracteriza a las personas que compartimos nuestra forma de ver el mundo con los demás (pintores,  compositores o escritores, entre muchísimos otras formas), creemos poder definirlo todo y peor aún, creemos poder contarlo todo. No sé qué pasa en estos tiempos, es como si todos nos creyéramos tan superiores que pretendemos poder colocarnos como ejemplo; ser un original para una copia. El arte debe revelarse y ocultar al artista, no lo contrario; incluso es algo que no he podido aplicar.

Hasta en el amor; lo vivimos como creemos (nos dicen) que se debe vivir, todo no es más que una serie practicas estereotipadas que se han vuelto costumbre con fuerza de ley; que primero las citas que han de ser en no sé qué parte, que ha ser de tal manera, que debe ser para siempre… (Siempre, siempre… siempre. Me jode esa palabra) Y es que no todas las historias de amor son novelas épicas, algunas son historias cortas, cargadas de la misma pasión y romanticismo. Al carajo todas estas reglas, ¿qué hay de los amores extraños?, ¿de los amores clandestinos?, ¿de los amores prohibidos?, de los amores únicos… de los amores verdaderos.

Siempre se está corriendo de un lado para otro, no hay pausas ni para eso, ni para amar; además nadie te enseña. Vi 10 años de ética y religión en el colegio en los que solo me ponían a repetir  “los valores”, en ese espacio podrían haber puesto materias como Amor propio, Amor I, Como Amar y Amor II además de quienes necesitamos electivas de Amor propio II, III y hasta IV. Porque no te lo enseñan antes y sales aprendiendo lo que la televisión te dice, tus padres te dicen y tus amigos te dicen, ¿Qué pasa? Que conoces a alguien, te gusta, pero resulta que “alguien” nunca gustó de ti. Entonces vas por la vida, traumatizado, deprimido, pesimista y escribiendo malas entradas en un blog, esperando algún milagro reanimador que te haga escribir cosas alegres, susceptibles de enmarcar para así volverte millonario y vomitar arcoíris por el resto de tu existencia.

Este es una llamado a una reforma útil de la educación en la cual dejemos de enseñar “las grandes guerras del siglo XX” para enseñar “los grandes amores del siglo XX”, vamos; que somos lo que leemos. Todo es cuestión de estética, nada de pecados, nada de moral, nada de modas ni de tendencias. Hay que vivir para ser estéticos, para ser una obra de arte. Porque vivir para no ser inmorales o pecadores es aburrido. Hagamos de nuestras vidas obras de arte, o no tendremos nada que contarles a nuestros nietos.  

Esta definitivamente me pasa a mi...

Esta definitivamente me pasa a mi...