¿Todas las relaciones son de
rescate?
27 días, 4 kilos e incontables
depresiones después; aquí estoy. Preguntándome que hubiera pasado si a
cenicienta no la hubiera ´rescatado´ el príncipe. A lo mejor habría colocado una panadería junto
con los pájaros y los renos volviéndose millonaria y liberándose así de su
madrastra y sus hermanastras malvadas, claro; años después hubiera sido digno
de revistas como People o Forbes el juicio contra cenicienta por maltrato
animal, pero ya tendría suficiente dinero para un ´felices por siempre´ digno de una kardashian.
No lloré nada, creo que hay un
nivel de lágrimas por persona y yo lo rebasé hace siglos. Eso sí, me he
mantenido alejado de la música, creo que le desarrollé cierto temor a las posibles
reacciones que me pueda causar. Sin embargo estoy bien, creo que evitar los
espejos y las comedias románticas ha servido así no tengo que ver el extraño
color gris que estoy tomando ni tampoco deprimirme por ver el ´felices por
siempre´ en alguna cursi película de Julia Roberts. Tampoco me animo aun a ver
sus fotos o stalkearle por alguna red social, nada de conversaciones ni
preguntas incomodas a nuestros amigos en común, creo que es saludable.
Por otro lado, es curioso como
incluso los hombres pensamos en tener una relación que nos ´salve´, que cambie
nuestra rutina, que nos haga mirar la vida de un modo distinto, que nos
´rescate´ de la insatisfecha y mediocre burbuja afectiva, laboral y espiritual
en la cual nos hemos metido. Eso, claro; dejando espacio para el rescate económico,
porque si tienes menos de un 7% de grasa corporal y modelas para una sospechosa
agencia existe la posibilidad de encontrar el amor en un ´traqueto´. (O al
menos eso creen los medios de comunicación que pensamos los colombianos).
Pues esa es la triste realidad,
soy dependiente y, con un agravante; me gusta el sado masoquismo así que;
aunque no me llamen, no me escriban, e incluso sea yo ´el mozo´ (sin saberlo, aclaro)
sigo pensando en el puto ´felices por siempre´. El problema es que encontrar a
la princesa de cuentos o el príncipe azul puede tomarte toda la vida, nos
preparan para eso, estamos programados para acoplar cual enchufe de pared, el
problema es que en esta época sin dotes, ni matrimonios a los 11 años; nos
hemos dado cuenta de que no encajamos, no lo haremos y no tenemos porque
hacerlo. Uno no conoce al amor de su vida en el café cerca a la universidad,
miles de personas se divorcian todos los años e incluso puede que creas haber
encontrado al amor de tu vida, pero; sabes acaso ¿eres el amor de su vida?. Además,
seamos sinceros; nadie aguantaría una relación con un príncipe azul que lo único
que sabe hacer es matar dragones y coquetear con viejas atrapadas en los balcones
además, se preocupe por su grasa abdominal más que tu. Ni tampoco una princesa cuyo
único libro leído en toda su vida sea “Como dormir por 100 años y despertar
regia. Para dumies”.
Lo cierto es que todos podemos extrañar
a alguien, y nos repasamos paso por paso,
palabra por palabra que sucedió y le dijimos tratando de encontrar que fue lo
que hizo que se alejara o incluso creamos locas historias en nuestra cabeza
pensando en lo que hubiera sido pero no fue. Sin embargo es cuando nos
decidimos a seguir adelante y encontrar una felicidad verdadera en cosas y
personas que si tenemos y, ante todo recordar que nadie necesita ser rescatado,
lo que pasa es que las aventuras acompañados son más bonitas.