En “Así hablaba Zaratustra”,
Nietzsche llegó a referirse a algo a lo que él denominó como el retorno,
fenómeno que podría entenderse como; que todo objeto alterado tenderá a volver
a su forma original… algo así como estirar un caucho, o incluso puede llegar a
verse como en las películas del espacio (más específicamente las de los apolos)
donde; sin una fuerza lo suficientemente grande, puedes dar vueltas eternamente
alrededor de la luna.
Todo esto para decir que si no aprendemos de nuestros errores, los cometeremos
una y otra y otra vez hasta que decidamos
cambiar lo que nos está haciendo daño saliendo disparados fuera de nuestra
orbita o aquello muera junto con nuestra voluntad de seguir viviendo.
“Los sepultureros contraen
enfermedades cavando debajo de los viejos escombros yacen miasmas malsanos. No
conviene remover el fango, conviene vivir en lo alto de montañas”.
F. Nietzsche, Así hablaba Zaratustra
Es solo que a veces, tal vez,
solo a veces; no sabemos cómo salir de orbita, no encontramos la forma, el
valor o el motivo. Y es ahí cuando la lista de cosas por hacer estará vacía;
entonces, ver caminos es más difícil, algunos solo siguen caminando, siendo los
muertos en vida que no diferenciamos fácilmente pero podemos ver caminando
junto a nosotros en la acera, o sentados a nuestro lado en el bus, no tienen
marcas en su piel y pueden llevar una corbata Armani o una camiseta de los
Rolling Stones. También están los que tienen el valor, los que en un arrebato
de violenta y mórbida cordura aparecen estampados contra el suelo de algún
elegante conjunto residencial, solo apareciendo en las noticas para destacar el
descaro y la mogigateria de la sociedad; que ahora piensa en cómo limpiar el lobby
de los apartamentos o maquinando alguna retorcida explicación de por qué el
niño callado del cuarto piso se lanzaría sin pensar en su familia y amigos, sin
saber qué; en ellos fue en quienes él mas pensó.
Nunca he estado muy seguro de
creer en la locura, pero si algo es cierto es que se necesita algo de esta para
poder romper el eterno retorno. Tal vez solo un gesto, una frase o un cambio
total de vida baste para obtener paz. Para exterminar los demonios que se
arrastran junto a nosotros; porque si algo es cierto es que el cielo y el
infierno están aquí mismo, y somos nosotros mismos los que nos permitimos que
nuestra vida se desempeñe en el uno o en el otro…
Pero bueno, esta es la primera
entrada del año, de los cual no me siento muy orgulloso, pero simplemente no sentía
ganas de escribir o simplemente no tenía que escribir. Decidí darle un nuevo
aspecto al blog, algo más simple y rápido, pensé que estaría bonito. Por ahora
yo sigo aquí, porque yo siempre estoy por aquí. Un caluroso saludo de año nuevo
y que les traga a todxs muchas aventuras y cosas divertidas. Nos leemos luego.