Cuando era más joven perdí mucho
tiempo odiándome, odiando lo que me rodeaba, odiando a mis amigos, a mis padres
y a mí mismo. Creo que se mesclaba la típica pataleta adolecente con todos mis
demonios, pero aún así los días pasaban, las hojas caían y las cosas no
cambiaban. No obtener todo lo que quieres es difícil, el lio es que yo lo tenía
todo. ¿Lo tenía todo? Sí, lo que yo quisiera,
o al menos eso decían mis padres –mis padres son geniales-…
Admiro a las personas a las que no les importa
lo que sucede a su alrededor, o por lo menos que saben aparentarlo. Pero yo
nunca lo he podido hacer, cuando algo afecta a las personas de mi entorno, a
las que me importan, o a mí mismo; tengo la necesidad, tal vez no de cobrar
venganza –no me gusta esa palabra- pero si de defenderlos o defenderme. Y a lo
largo de mi vida, de mis más grandes problemas han sido precisamente esos, cazar
peleas idealistas; para las cuales en el fondo sé que no ganaré.
Antes no actuaba nunca de
inmediato, es mas creo que muchas veces no actuaba, pero todos tenemos un
límite, y no es saludable guardar todas esas cosas, creo que ese fue uno de los
fines de crear este blog; poderme liberar de manera saludable de las cosas que
pensaba o quería expresar. Y, debo aceptarlo ha ayudado bastante; y si pudiera
regresar en el tiempo, lo haría para una sola cosa… visitar al pequeño,
inseguro y triste yo, y decirle que todo estará bien; que tendrá amigos
geniales, que estudiará algo que le gustará, que se acostará todas las noches
agradeciendo cada minuto del día… que será feliz.
Y me prometí a mi mismo que no dejaría
que nadie, nunca de nuevo pensará que podría pasar sobre mí, que sería fuerte y
determinado. Terminé desarrollando un extraño y negro sentido del humor que me protegería
de alguna manera de los demás y a él yo inseguro, cambié mi forma de vestir, de
actuar y de pensar. Encerré a ese triste yo en lo más profundo de los trastes…
Pero a veces, cada tanto; alguien logra tocarlo, logra herir a ese niño tímido
e inocente, y es cuando exploto. Suelo ser metódico y muy cuadriculado con
todo, pero cometo errores enormes cuando en serio estoy molesto.
A veces todos necesitamos explotar,
y en estos días; pensaba en cuan tonta es la gente que explota sin pensar en
las consecuencias. Y fue necesaria una especie de lección divina que me
recordara que todos tenemos un punto débil. Aún así los días pasan, las hojas caen
y las cosas no cambian tan fácilmente.