Siempre
supe que era diferente a los demás, no se como; ni de que manera, ni
por qué motivo, pero siempre lo supe.
Cuando
era niño nunca me sentí cómodo en ningún sitio, y; hasta el día
de hoy creo que sigue siendo así. No jugaba lo mismo que los demás
niños, me aburrían la conversaciones de mis compañeros en el
colegio, sin embargo, cuando me acercaba a algún adulto como los
profesores, tampoco entendía lo que querían decir. Así que crecí
caminando, caminando de un lado al otro del colegio intentando
escapar de mis amigos, de mis maestros y de mí mismo.
Me
gustaba pensar que esta no era mi vida, que; en algún momento como
en la películas algo sucedería y todo cambiaría y no seguiría
pretendiendo que todo estaba bien mientras me sentía la persona más
sola del planeta.
Hace
unos días volví a llorar, pero no como quería, no de felicidad, ni
bajo una fuerte lluvia, no. Lloré por orgullo, por furia, por
impotencia por todo menos que por alegría, y es un sentimiento tan
raro... pensé que nunca volvería a suceder pensé que me había
vuelto una roca, que había perdido mi alma en un trato absurdo con
el destino. Pero no, solo bastaba las estupidez burocrática más
absurda para quebrarme.
Y
si, a lo mejor esta vez si quería llorar, pero llorar en serio,
como cuando era niño y lloraba por cualquier cosa.
Es
difícil ya determinar que es cierto y que es falso, no tengo lo que
quiero, pero lo quiero tanto que en mi cabeza lo tengo, y es así
como vivo mi vida, dándome logros falsos, los logros que realmente
quiero tener y no las congratulaciones mundanas y superfluas de la
realidad, porque no quiero ser el mejor estudiante, ni el mejor
trabajador, ni el mejor amigo, ni la mejor persona. Solo quiero ser
yo, y yo no soy así, no me veo así.
¿que
si en realidad me veo?, claro, lo hago cada día, cada que puedo,
cada que veo mi reflejo triste sobre la ventana gris del bus rojo que
tengo que tomar todos los días. Cada que me despierto y con esa
ilusa esperanza espero que todo haya cambiado y me miro aún mas
inocentemente en el espejo para notar que no me gusta ni mi cabello,
ni mi piel, ni mi cuerpo. Cada que me doy cuenta que evito verme a mi
mismo a los ojos porque tengo miedo de lo que pueda ver, porque me
aterroriza ser yo, me da pánico que mis ojos reflejen que en
realidad no tengo vida.
Día
tras día, en la televisión, en la calle, en la radio y en los
cuerpos de los demás me recuerdan que soy una mierda, que no soy
como ellos, que quiero ser como ellos por más que diga lo contrario
y, me recuerdan aún con mas crudeza que jamás podré ser como
ellos. ¿porque nos lo venden?, ¿que si es publicidad?, ¿capitalismo
dijiste?, no, nada de eso. Somos seres humanos, personas, individuos,
somos sociedad, todos queremos ser como los demás mientras queremos
que ellos sean como nosotros, por eso inventamos categorías,
nombres, títulos, etiquetas. Somos un virus, destruimos todo lo que
tocamos, destruimos el planeta, nuestras propias vidas, nuestros
cuerpos y espíritus.
No
soy mas que una carcasa rosa vacía intentando ser como las demás
carcasas vacías azules, verdes, negras o rojas. El problema no es el
puto sistema, el problema soy yo que no supe utilizarlo, el problema
no es la puta sociedad, el problema son ellos que aún viven
carcomiendo como oxido lo poco que queda del mundo.
Siempre
fui el niño raro, el diferente; tal vez aún lo soy, es solo que
ahora sé que es mi culpa. Porque debe haber algo que pueda acabar
conmigo, acabar con mis mundos falsos y reales, porque no quiero ser
lo que soy ni estar en donde estoy. Porque todo es una mentira,
porque con códigos nos clasifican al nacer para cumplir una función.
Porque no sirvo para la tarea asignada, y tal vez no sirva para nada,
por eso quiero acabarlo, acabarlo todo, porque nada sirve. Nadie en
este puto mundo es feliz, pero nadie es triste tampoco porque pasa
sus días con alegrías efímeras que le dicen: “a lo mejor el día
de mañana”, pero no hay mañana, no; hace años que no hay un
mañana, nos organizaron, nos reprodujeron y nos conectaron.
Quiero
desconectarme, ¿que si quiero morir?, claro; en el momento preciso,
y con el 'Overture' de fondo. Tal vez no sea hoy, ni mañana; lo
único que pido es no ser un parásito más, porque como yo ya hay
muchos.
Hoy
sigo caminando de un lado a otro, por el centro de la ciudad, por los
alrededores de mi casa, por mi casa... intentando huir del ruido de
los seres humanos, del escándalo de cada uno de mis pasos y de mis
pensamientos.
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