lunes, 3 de junio de 2013

Amor...?


 
Yo no bebo… o por lo menos eso digo o pensaba hasta hace algunas semanas.
Siempre he pensado en que me gustaría tener una familia, de esas que tienen perro y todo. (Aunque a mí me gustan los gatos)
Ella muy cercana a mi hermana, sobresaliente en el colegio, de ojos verdes, piel muy blanca y cabello negro. Yo emm… pues yo. Nos conocimos en una fiesta de 15 años en noveno grado. Nos caímos bien y siempre le molesto mi extraño sentido del humor, aunque yo sé que lo disfrutaba. A mí me encantaba su sonrisa y su voz y su cuerpo y como me miraba, también como me regañaba (lo que era muy habitual) pero aun así no me importaba yo me sentía cómodo junto a ella. Cuando salíamos la pasábamos muy bien, nos reíamos mucho y también teníamos pláticas interesantes. Las cosas se empezaron a poner extrañas un tiempo después, no quería engañarla o mentirle así que prefería no estar con ella por espacios de tiempo. A veces un mes o dos. Volvíamos pero la magia nunca era igual. Sin embargo nunca he imaginado mi vida futura con una persona diferente, yo quería estar con ella y tener ese absurdo prospecto de Ken y Barbie, tan plásticos como mis sueños. No tenia reparo en decir con todo y mi inexperiencia que ella seria la mujer con la que me casaría.
Sin embargo siempre hubo algo que ella nunca supo, y muy poca gente sabe. Este doctor Jekyll tiene un Mr. Hyde…
Con todo y esto aquí estoy casi 5 años después de conocerla, innumerables reconciliaciones y muchas anécdotas para contar esto ya no va mas, no puedo ilusionarla a ella, decirle un ´te quiero´   cuando no es sincero cuesta tanto… es como si no la pudiere mirar a los ojos porque sé que ella lo sabría. Sin embargo estas serán las últimas líneas que yo escriba en su vida. Y solo pude darme cuenta del daño que me hacia llevando una relación solo por el miedo a estar solo; pues hace unas semanas en una reunión familiar sirvieron vino y dado que estaba con ella bebí solo un par de copas, a la semana siguiente, antes de nuestra cita, saque una botella y me serví de nuevo una generosa copa, y, para nuestra última salida estaba bebiendo una jarra de margaritas en mi sofá mientras veía estúpidas comedias de amor, preguntándome porque no sentía lo que veía aparentemente sentían los personajes.
Y yo tuve las tres señales hace mucho tiempo, ya no estaba tan animado de verla, comparaba nuestra relación con las estúpidas películas de amor y empecé a beber en exceso para no engañarla.  Le di varios grados de alcohol en sangre, mis fines de semana, miles de minutos de telefonía celular y sinceros besos y abrazos. Pero ella me dio algo que nunca podré pagarle. Amor sincero.
¿Y porque es tan fácil estar dispuestos a escribir nuestros votos cuando ni siquiera hemos podido escribir las reglas de nuestra propia vida?

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Esta definitivamente me pasa a mi...

Esta definitivamente me pasa a mi...