lunes, 4 de noviembre de 2013

Todo es cuestión de estética


 
Escribo pura mierda.
Creo que siempre lo he sabido, pero solo ahora tengo el valor de gritarlo (aunque sea por acá). Hay que estar consciente de el enorme ego que nos caracteriza a las personas que compartimos nuestra forma de ver el mundo con los demás (pintores,  compositores o escritores, entre muchísimos otras formas), creemos poder definirlo todo y peor aún, creemos poder contarlo todo. No sé qué pasa en estos tiempos, es como si todos nos creyéramos tan superiores que pretendemos poder colocarnos como ejemplo; ser un original para una copia. El arte debe revelarse y ocultar al artista, no lo contrario; incluso es algo que no he podido aplicar.

Hasta en el amor; lo vivimos como creemos (nos dicen) que se debe vivir, todo no es más que una serie practicas estereotipadas que se han vuelto costumbre con fuerza de ley; que primero las citas que han de ser en no sé qué parte, que ha ser de tal manera, que debe ser para siempre… (Siempre, siempre… siempre. Me jode esa palabra) Y es que no todas las historias de amor son novelas épicas, algunas son historias cortas, cargadas de la misma pasión y romanticismo. Al carajo todas estas reglas, ¿qué hay de los amores extraños?, ¿de los amores clandestinos?, ¿de los amores prohibidos?, de los amores únicos… de los amores verdaderos.

Siempre se está corriendo de un lado para otro, no hay pausas ni para eso, ni para amar; además nadie te enseña. Vi 10 años de ética y religión en el colegio en los que solo me ponían a repetir  “los valores”, en ese espacio podrían haber puesto materias como Amor propio, Amor I, Como Amar y Amor II además de quienes necesitamos electivas de Amor propio II, III y hasta IV. Porque no te lo enseñan antes y sales aprendiendo lo que la televisión te dice, tus padres te dicen y tus amigos te dicen, ¿Qué pasa? Que conoces a alguien, te gusta, pero resulta que “alguien” nunca gustó de ti. Entonces vas por la vida, traumatizado, deprimido, pesimista y escribiendo malas entradas en un blog, esperando algún milagro reanimador que te haga escribir cosas alegres, susceptibles de enmarcar para así volverte millonario y vomitar arcoíris por el resto de tu existencia.

Este es una llamado a una reforma útil de la educación en la cual dejemos de enseñar “las grandes guerras del siglo XX” para enseñar “los grandes amores del siglo XX”, vamos; que somos lo que leemos. Todo es cuestión de estética, nada de pecados, nada de moral, nada de modas ni de tendencias. Hay que vivir para ser estéticos, para ser una obra de arte. Porque vivir para no ser inmorales o pecadores es aburrido. Hagamos de nuestras vidas obras de arte, o no tendremos nada que contarles a nuestros nietos.  

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Esta definitivamente me pasa a mi...

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